Como era de esperar, la
reunión en Moncloa (ya era hora) entre el Presidente del Gobierno, Pedro
Sánchez, y el Jefe de la Oposición, Pablo Casado, en un clima de bloqueo
político y desencuentro sustantivos, ha terminado evidenciando que el bloqueo
político sigue siendo la norma a seguir desde que Pedro se inventará aquel
incomprensible bloqueo irracional con su famoso “no es no” y presumiera del
mismo diciéndole a Rajoy “qué parte del no es la que no entiende”, al extremo
de causar incluso un terremoto político en su propio partido, el PSOE, que ya
sin él en la dirección, apostó por la racionalidad y la mesura favoreciendo la
aprobación de los Presupuestos del PP que todavía hoy siguen vigentes. De
aquellos vientos estas tempestades, sin lugar a dudas, pues hoy, con Pedro de
nuevo en la dirección socialista, Pablo, el nuevo dirigente del PP, no está dispuesto a regalarle su apoyo a
los Presupuestos que prepara Sánchez sin determinadas concesiones a cambio, un
precio muy alto que el Presidente del Gobierno no está dispuesto a pagar. En
efecto, tras agrandarse la brecha entre PP y PSOE con el examen parlamentario a
Dolores Delgado para ser Fiscal General del Estado, Casado exige a Sánchez
rectificar en Cataluña y le ofrece apoyo a los Presupuestos, para que no
dependa de los secesionistas, siempre que rompa el pacto que tiene con los
republicanos, una especie de trampa cordial para escenificar el bloqueo pues
Sánchez le deja bien claro: “no romperé el pacto con ERC”. La realidad es que
con semejante desencuentro entre Pedro y Pablo las instituciones del Estado
quedan bloqueadas pues su renovación requiere mayorías suficientes que sólo
pueden proporcionar un pacto de Estado PSOE-PP los dos partidos más votados en
España. Sin embargo, en vez de buscar ambos vías de aproximación, prefieren
recurrir a los reproches para que parezca que el otro es el responsable de
tamaña irresponsabilidad: el Ejecutivo acusa al PP de tomar los órganos
constitucionales como “rehenes” y el líder de la oposición le exige romper con
el independentismo, que aupó a Sánchez al poder durante la sesión de
investidura, mientras Justicia descarta cambiar el modelo de CGPJ antes de que
sea renovado, lo que, hoy por hoy, parece imposible. Entretanto...... (sigue leyendo en Blog Mi punto de vista,
http://jorgecremades.blogspot.com.es/),
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