Dice Ábalos, respecto al
Delcygate, “tengo una tranquilidad enorme”, mientras Sánchez descarta su
dimisión y cierra filas con el PSOE y con su gobierno de coalición, lo que, sin
lugar a dudas, es motivo de tranquilidad personal para el ministro. Sin
embargo, la oposición, como es comprensible ante esta perita en dulce que le
brinda el Gobierno con sus errores, no suelta un asunto que, en caso de haber
sido claro y diáfano, ya debiera estar durmiendo el sueño de los justos. Y es
que no dejan de aparecer nuevos datos, no desmentidos, sobre el encuentro entre
el ministro español y la vicepresidenta chavista en Barajas, nuevos datos como
que Interior, que también dio una versión distinta, preparó la llegada de Delcy
Rodríguez al aeropuerto 24 horas antes, cuando el Ministerio de Marlaska avisó
anunciando la llegada de la venezolana, ocultando que tenía prohibido entrar en
España a pesar de que en diciembre ya había hecho otro intento, y que Ábalos se
aseguró de que la líder chavista tuviera una “sala adecuada” para pasar la
noche, cuando el Gobierno ha venido sosteniendo hasta ahora que no supo nada
hasta cuatro horas antes de la llegada del avión. No obstante, Ábalos, se
blinda con un policía “afín” en plena ebullición del caso y releva como “Jefe
de Seguridad” de Fomento al Coronel de la Guardia Civil Ignacio Alcázar por el
inspector Rubén Eladio López Martínez, número dos en Asuntos Internos con el
comisario Martín Blas y conocido sindicalista, mientras, según la declaración
jurada del vigilante de seguridad de la terminal ejecutiva de Barajas, “trasladaron
dos carros con maletas sin pasar ningún control de aduanas”, cuando dichas
maletas sin control no eran “valija diplomática”, con lo que se violaba el
Tratado de Viena, pues el equipaje de la vicepresidenta debió ser inspeccionado
en el aeropuerto. También se conoce que La Moncloa presionó inútilmente a
Macron para que no recibiera a Guaidó, pues después del encuentro en Barajas,
el Gobierno se movilizó para que los mandatarios de Francia y Alemania
rebajaran la visita del presidente encargado de Venezuela porque es lo que iba
a hacer Sánchez con él en España; y se publica además que Moncloa ocultó a
Portugal que Delcy cruzó su espacio aéreo, impidiendo que el Gobierno luso
pudiera haber obligado al Falcon a desviar su ruta, cuando el Gobierno de
Venezuela había comunicado a Exteriores el plan de vuelo de su delegación tras
despegar el avión y España debió advertir al país vecino que la “número dos” de
Maduro violaría las sanciones de la UE. Demasiadas incógnitas no resueltas,
demasiadas verdades a medias o mentiras que, hechas públicas, han de ser
aclaradas para acabar de una vez por todas con este feo asunto y que, mientras
tanto, contradicen la “tranquilidad enorme” de Ábalos, salvo que se refiera en
exclusiva a la garantía de que Sánchez no le va a cesar por el asunto, que se
le había encomendado y que los ciudadanos tienen derecho a conocer. En
cualquier otro país europeo democrático, tras las mentiras y contradicciones
vertidas por el Gobierno, sus principales protagonistas ya habrían dimitido o
habrían sido cesados…..aquí...... (sigue leyendo en Blog Mi punto de vista,
http://jorgecremades.blogspot.com.es/).
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