domingo, 16 de junio de 2019

IRREVERSIBLE PELIGRO

                        Queda por fin “visto para sentencia” el caso sobre el ilegal procés secesionista tras 52 sesiones en el Tribunal Supremo, cuya sentencia se espera para final del verano, mientras los líderes juzgados del 1-O hasta en su turno de “última palabra” descalifican al Estado Español, del que forma parte la Comunidad Autónoma de Cataluña, y al que como representantes del mismo, bien desde el Govern o del Parlament, estarían obligados a defender, tal como juraron o prometieron en sus tomas de posesión, en vez de pretender acabar con él desde el desacato a lo democráticamente establecido mediante actos ilícitos no contemplados en las reglas de juego que todos los españoles, incluidos los catalanes, nos hemos dado y, por tanto, no recogidos ni en la Constitución Española, ni en el Estatut de Catalunya, ni en la normativa legal derivada de los mismos. Los acusados del procés cierran el juicio con un alegato político después de cuatro meses, utilizándolo para exigir al Alto Tribunal que les juzga que anteponga la Política a la Justicia como si la Justicia no formara parte sustancial de la Política en un Estado Democrático de Derecho, como es el caso, y como si por el mero hecho de ser políticos debieran estar exentos y al margen de la legalidad vigente, pues sólo desde este intolerable planteamiento cabe entender lo que hicieron en su día y lo que ahora Quim Torra, actual President de la Generalitat (su antecesor anda huido de la Justicia Española), pretende al sentenciar orgulloso que “lo volveremos a hacer”; es decir, que utilizarán la ilegalidad desde las mismas instituciones del Estado para arremeter contra él, como hicieron sus compañeros, lo que le llevaría a los tribunales “ipso facto” como a cualquier otro presunto delincuente. Y mientras los líderes del 1-O descalifican de forma irresponsable al Estado y prometen reincidir, Junqueras, el principal encausado, pide “devolver la cuestión a la política”, en tanto que Romeva, ve el procesamiento como un “escarmiento ideológico” y Rull amenaza diciendo que “esta inmensa ola es imparable…después de nosotros, vendrán muchos más”. Como se ve, arrepentimiento cero; y mantenimiento del pulso al Estado, todo, con el mantra, según Junqueras, de “devolver la cuestión al terreno del diálogo y el acuerdo”, mientras Fiscalía mantiene la rebelión contra el criterio de la Abogacía del Estado, como si el terreno del diálogo no fuera la legalidad vigente y cualquier acuerdo político no tuviera que ajustarse a la misma y, en todo caso, concitar amplísimos consensos para hacer las modificaciones constitucionales pertinentes que dieran cabida a las, hoy por hoy, ilícitas pretensiones de los secesionistas totalitarios. Para nada el Tribunal Supremo persigue ideas, como ellos dicen cínicamente, sino conductas presuntamente delictivas y, obviamente con todas las garantías procesales para los encausados. Un TS que, con buen criterio, rechaza que Forn, tras el permiso para recoger su acta como edil de Barcelona, se quede en una cárcel catalana, obligándole a regresar a la de Madrid con el resto de sus compañeros, y que da un lógico revés a la Abogacía del Estado evitando la inmunidad de Junqueras (que jamás sería en todo caso con efecto retroactivo y no le exoneraría de los presuntos delitos cometidos) al no permitirle salir de prisión para recoger su acta de eurodiputado, alegando, con toda la razón, que..... (sigue leyendo en Blog Mi punto de vista, http://jorgecremades.blogspot.com.es/). 

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