lunes, 25 de diciembre de 2017

CATALUÑA, INESTABILIDAD PROLONGADA


                        Los resultados electorales de los comicios autonómicos catalanes, que alejan la posibilidad de reconstruir un PDeCat moderado y centrista, auguran, si nadie lo remedia, una prolongación de la inestabilidad social, política y económica en Cataluña, que puede traer perversas consecuencias para la ciudadanía. Mientras Puigdemont, fugado de la Justicia, pide un absurdo diálogo para instaurar su idílica república, que nadie reconoce, el vencedor electoral, Ciudadanos, ante el más que seguro boicot de los independentistas, renuncia a formar Gobierno, pese a ser la primera fuerza política catalana, por lo que Arrimadas, consciente de que la matemática parlamentaria no le favorece, anuncia que “a ver qué hacen los secesionistas” y ERC, ante el irresponsable proceder de Puigdemont, no renuncia a que pueda ser investido Junqueras. Entretanto el Supremo suma a la causa por presunta rebelión, entre otros, a Artur Mas, Marta Rovira, Marta Pascal y Anna Gabriel, la ex portavoz de las CUP en el Parlament, donde nada menos que dieciocho de los setenta nuevos diputados separatistas, quedarían imputados y con un incierto porvenir si, finalmente, los tribunales demuestran sus más que probables graves delitos cometidos. En definitiva, una Cataluña partida en dos y representada en un Parlament polarizado por el procés en el que quedan relegadas las soluciones a los problemas reales de los catalanes y las propuestas ideológicas de los diferentes partidos, especialmente de los soberanistas, previéndose una reedición del “movimiento nacional” anterior en el que cabe desde la extrema izquierda antisistema de las CUP hasta la rancia derecha de la antigua Convergencia, pasando por la clásica Esquerra catalana y por cualquiera que se sume para hacer piña común antiespañola y antidemocrática que beneficie únicamente la ilegal declaración unilateral de independencia… Los proyectos sociales y económicos de dichos partidos, ideológicamente opuestos, pueden esperar pues lo prioritario y esencial es convertir Cataluña en un Estado independiente por el mecanismo que sea. Y para ello un mesiánico y visionario Puigdemont, tiene la desfachatez y la irresponsabilidad de proponer al Presidente del Gobierno una reunión para negociar “sin condiciones” pero fuera de España, a lo que Rajoy responde con sensatez que, como siempre, ofrece diálogo pero dentro de la Ley y que hablará en todo caso y en su momento con quien sea investido como President y, por supuesto, dentro del territorio español, incluido el de Cataluña, advirtiendo a los golpistas: “no aceptaré que nadie se salte la Constitución”, como es no sólo su derecho sino además su obligación. “¿Qué hará Puigdemont?” es una de las claves para conocer el grado de inestabilidad prolongada que amenaza a Cataluña y se convierte en la primera incógnita a resolver, mientras hasta su propia madre lo tiene claro: “si viene va a prisión”, en tanto que los partidos constitucionalistas coinciden en que “el procés está en vía muerta” y “no tiene futuro” y en que el golpe contra España no podrá repetirse; pero los dirigentes golpistas del secesionismo unilateral.... (sigue leyendo en

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