Mientras a nivel
nacional Ciudadanos se acerca a Podemos y al PSOE para presionar al PP, en
Cataluña Artur Mas está cada vez más en el punto de mira por el asunto de la
financiación ilegal de Convergencia, aunque el ex Molt Honorable resiste y dice
que no se plantea dejar la política “y menos en esta etapa soberanista”, pues
el Estado le persigue. Entretanto la investigación acumula pruebas en torno a
él, pero, ya ven, que los dirigentes de Convergencia hayan metido la pata y la
mano en la buchaca, es por culpa del Estado, es decir, de España. En efecto,
Rivera no tiene reparos en reunirse con el partido de Iglesias con el fin de
estudiar una suspensión exprés de los aforamientos y la limitación de mandatos,
aunque ello suponga reformar la Carta Magna, cruzando así, en un giro radical,
su línea roja con Podemos al abrirse incluso a un referéndum constitucional si
fuese necesario, mientras el PP decide llevar a su comisión a los jefes de la
oposición si Rajoy va a la de Bárcenas, asegurando el Presidente que no ha
“incumplido nada”; no obstante, parece ser que, a pesar de estas refriegas, C´s
mantendrá el pacto al margen de la corrupción. Y, en efecto, tras la
declaración de Montull de que “pasamos del 3% al 4% porque Convergencia quería
más” y la vinculación de Puigdemont con un empresario del 3% que hace la UCO
(“ayer llevé al futbol al alcalde de Girona…espero nos ayude a entrar en el
Ayuntamiento” escribió a su jefe el delegado en Cataluña de Oproler), las
pruebas acorralan cada vez más a Mas: el fiscal acusa al exconseller Germá
Gordó, el “conseguidor”, de seis delito y pide al juez que le impute, dos
empresarios admiten haber facturado obras al Palau para encubrir la
financiación de CDC, un testigo protegido declara haber tratado con Artur Mas
las mordidas… y suma y sigue; pero el iluminado Mas sigue erre que erre
acusando a España de todas sus quimeras, mientras el PP catalán da por muerto
el “procés” y reivindica a Tarradellas (grave error a mi juicio por parte de
los populares catalanes, pues lo que debiera ser razonable en términos
políticos normales, no cabe en procesos irracionales, como el soberanismo
totalitario, que, por muy corruptos que sean sus dirigentes, tanto en términos
políticos como económicos, siempre contarán con un colchón de apoyos, incluso
si llegaran a ser condenados por sus fechorías…. Es lamentable, pero... (sigue leyendo en Blog Mi punto de vista, http://jorgecremades.blogspot.com.es/)
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