Dice De Cospedal,
ministra de Defensa, que “España debe actualizar su estrategia de defensa
nacional” y que percibe “mucha demagogia” sobre el gasto militar, recordando
que “va directamente a la seguridad de los españoles” por lo que prevé destinar
2.076 millones anuales más a Defensa para duplicar el presupuesto durante esta
legislatura hasta llegar a más de 18.000 millones, pues España debería invertir
26.500 millones, el 2% del PIB, en 2024 para cumplir con la OTAN. Y lleva razón
la ministra, quien ve compatible su cargo institucional con su cargo orgánico
en el PP, frente a quienes defienden un idílico pacifismo mal entendido como si
la seguridad de los pueblos y los Estados se garantizase por arte de magia porque
todos los hombres somos intrínsecamente buenos y benéficos. Por su parte (y
valga como ejemplo de lo contrario) Al Zawahiri, el Jefe de Al Qaeda, llama a
la “yihad” para recuperar Ceuta y Melilla pidiendo atentar para acabar con la
“usurpación española” lo que supone la sexta amenaza contra dichas Ciudades
Autónomas españolas. ¡Cómo para minusvalorar las pretensiones de la ministra y
rechazarlas! Obviamente, en sintonía con la necesidad de Defensa Nacional, el
Rey, durante la Pascua Militar y en presencia de De Cospedal y de Zoido, el
ministro de Interior, pide no ahorrar ningún esfuerzo contra el terrorismo
yihadista, proponiendo que se aproveche la experiencia acumulada en esta lucha
y pidiendo “no escatimar esfuerzos contra el terrorismo” y una “modernización”
frente a una “lacra que pone en peligro nuestra sociedad” defendiendo contra
ella el papel esencial que juega el Ejército al que habría que dotar de más
medios para combatir mejor al “enemigo de la humanidad”. Y, en efecto, ni al
Rey ni a la Ministra les falta razón pues el terrorismo, del signo que sea y
amparado en la causa que sea, como culmen sangriento del totalitarismo en sus
diversas versiones, atenta contra la... (sigue leyendo en Blog Mi punto de vista, http://jorgecremades.blogspot.com.es/)
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