Aunque se rumoreaba y,
ya se sabe, “cuando el río suena, agua lleva”, Patxi López es el primero en
lanzar su candidatura a la Secretaría General del PSOE, seguramente por aquello
de que “quien da primero, da dos veces” y, curiosamente, sin que nadie le pida
explicaciones avala su decisión diciendo que no va a “participar en un apaño” y
que llegará “hasta el final”, que se ve el único candidato “capaz de tender
puentes con todos”, que “la abstención en la investidura fue un error”, que se
presenta “para defender un proyecto y no para luchar contra nadie”, que le
gustaría “sumar a Pedro Sánchez” en su “proyecto”, que “no son tiempos de
cálculos de poder sino de hacer propuestas claras a los militantes”, que su
“prioridad” será recuperar la unidad entendida no como “uniformidad” sino desde
“la lealtad, el compañerismo y la fraternidad”, y que no siente haber
traicionado a Sánchez ya que siempre ha sido leal a su “secretario general, a
todos” y ahora lo es al proyecto en el
que cree de “una izquierda exigente”, es decir, al proyecto de Pedro Sánchez.
Bonitas palabras que cualquier candidato, limpio de polvo y paja, podría asumir
como propias, pero que, lamentablemente, en boca de Patxi López, dada su
trayectoria, no sólo suenan a deslealtad, engaño y traición hacia Pedro Sánchez
y la camarilla que, como él mismo, le animaron en su errática trayectoria, sino
que además suponen un fraude a los militantes que, adoctrinados por ellos, se
erigieron en baluarte inexpugnable del absurdo “no es no”, la absurda
“izquierda exigente” e inútil de que habla López, que les conducía hacia... (sigue leyendo en Blog Ojo crítico, http://jcremadesena.blogspot.com.es/)
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