Antes de que se perciba
a nivel mundial los efectos prácticos del huracán Trump las previsiones no
dejan lugar a dudas y, al efecto, Donald Trump ha comparecido para dejar bien
claro que sus propuestas no obedecían a estrategias electorales, aunque ahora
admite que Rusia puede estar tras los ciberataques a su favor. Con su peligroso
estilo populista y visionario (como sucede en cualquier populismo radical) no
sólo sostiene “voy a construir el muro y Méjico lo va a pagar” y, tras anunciar
que deja todo el control de sus sociedades en manos de sus dos hijos, defiende
un proteccionismo radical y pide a las empresas cesar sus inversiones fuera de
EEUU, sino que además veta a la CNN negándole la palabra al periodista Acosta
al que no tiene reparo alguno en decirle “tú no, tú no; cállate no seas mal
educado; no te voy a dar el turno, tu medio es terrible, divulgáis noticias
falsas”. Así se las gasta el huracán Trump con todo aquello que le incomoda,
mientras anuncia un inmediato desmantelamiento y su sustitución por otro
programa de salud, califica de “basura” el informe sobre su relación con
prostitutas en Moscú, acusa a China de expoliar a EEUU por lo que revisará los
acuerdos con la potencia asiática, insulta y da lecciones de ética a varios
medios de comunicación mientras retira la palabra a periodistas críticos,
dispone imponer altos aranceles a las empresas que no fabriquen en el país y,
entre otras lindezas, aun admitiendo que Rusia y otros países “hackearon” las
elecciones norteamericanas, ataca a los servicios secretos mientras asegura que
el informe sobre el presunto chantaje de Putin por un video sexual es
totalmente falso. Y casi en vísperas de que el huracán Trump irrumpa en el
ambiente con plena actividad, porque así lo quisieron los norteamericanos, EEUU
acusa a Fiat Chrysler de falsear las emisiones, mientras la Inteligencia
norteamericana no niega la veracidad del citado informe sexual ruso sobre Trump
y tanto el Pentágono como la CIA le avisan del peligro de Rusia, en tanto que
hasta los futuros responsables de la política exterior, la seguridad y la
defensa (nombrados por él) intentan rebajar los excesos del presidente electo.
Entretanto otros huracanes políticos de menor importancia, pero no menos
peligrosos, se vislumbran en el horizonte europeo dispuestos a desarrollarse al
abrigo del huracán norteamericano, como es el caso del huracán Marine Le Pen en
Francia que se dejó caer ya por la Torre Trump, aunque se desconoce si hubo
algún encuentro personal con el presidente electo de EEUU. La amenaza de los
radicalismos populistas, tanto de extrema derecha como de extrema izquierda
(los extremos se tocan), son un innegable fenómeno en Europa y amenazan... (sigue leyendo en Blog Mi punto de vista, http://jorgecremades.blogspot.com.es/)
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