miércoles, 13 de diciembre de 2023

EXABRUPTOS E INDECENCIAS

                         Como en la vida misma, en la política hay exabruptos que, utilizados adecuadamente y en beneficio propio, sirven para camuflar indecencias reales sobre hechos realmente graves que van incluso más allá del verdadero daño que causan o puedan causar dichas salidas de tono en un momento determinado por reprobables que estas sean. Es lo que sucede con el último exabrupto de Abascal al decir sobre el Presidente Sánchez que antes o después “el pueblo querrá colgarlo de los pies”, lo que el PSOE y su líder, junto a sus socios gubernamentales, aprovechan para poner el grito en el cielo contra semejante inadecuada salida de tono del líder de Vox, condenable por supuesto, e inician una campaña con el argumento de que Abascal “pretende inocular odio” y, ya de paso, que es lo que más les interesa, desatar una campaña ampliando semejante acusación al PP de Feijóo por pactar con Vox aunque el líder del PP haya salido al paso criticando y condenando el exabrupto de Abascal, con lo que la indecencia de descalificar a tu real adversario político, el PP en este caso, que tan buen resultado electoral dio a Sánchez el 23-J evitando una debacle electoral gracias a su estrategia de “que viene el lobo”, supera con creces en términos democráticos el daño causado por el condenable exabrupto del líder de Vox, pues al final, se trata de embarrar la política con mentiras, descalificaciones gratuitas, bulos e indecencias con el objetivo, no ya de “inocular odio” sino de matar políticamente al adversario político considerado no como tal sino como enemigo al que hay que destruir y barrer del mapa. Y en este empeño de destruir al contrincante, vale todo, incluso la mentira, el insulto, la calumnia y la difamación del oponente aunque con ello se pague el precio de la incoherencia y el descrédito…..es la indecente forma de hacer política que se ha instalado en España últimamente, pues, al final, lo que importa es conseguir, contra el sentir mayoritario de la ciudadanía en las urnas y supeditado a la Constitución, una pírrica victoria coyuntural en el Parlamento a base de conformar una mercantilista mayoría matemática pactada en los despachos y aglutinada a base de sumar intereses particulares, por antagónicos que sean. Sólo así cabe entender que Sánchez arremeta contra el exabrupto de Abascal porque, según él, es “de una gravedad extraordinaria, no es un lapsus”, que lo es en términos formales del debate político, mientras él pacta con prófugos de la justicia (insólito en cualquier democracia) y con partidos secesionistas minoritarios y antagónicos para, a cambio de sus votos, amnistiar los delitos cometidos por sus totalitarios líderes y desautorizar así el trabajo de los tribunales españoles, incluido el del Tribunal Supremo, por haberles condenado tras un impecable proceso judicial con todas las garantías procesales en favor de los acusados, lo que sí es realmente de “una gravedad extraordinaria” y, en este caso, en términos reales y no sólo formales como el exabrupto de Abascal, ya que lesiona derechos y principios constitucionales como la igualdad de todos los españoles ante la ley o la independencia de los tres poderes del Estado; y además, tenemos la certeza de que esta felonía no obedece a un “lapsus” de Sánchez pues, a pesar de que él mismo (junto a todos sus ministros) prometió en campaña electoral que no cabía la amnistía por ser “inconstitucional”, ha tenido tiempo suficiente para meditar y negociar dicho “cambio de opinión” a pesar de las advertencias hechas al respecto incluso por muchos socialistas de hoy y de ayer, que no tienen claro semejante incumplimiento de la Constitución, mientras otros muchos dónde dijeron “digo” ahora dicen “Diego”, sin que por ello se les caiga la cara de vergüenza ante la ciudadanía a la que mintieron descaradamente en asunto tan fundamental para conseguir su voto. Sólo así cabe entender que se tenga la piel tan fina en lo que hace o dice Vox, condenable por supuesto, y no suceda igual con quienes al parecer no incitan al odio cuando queman fotos del Rey, ensalzan a los terroristas de ETA y queman banderas españolas siendo dignos incluso de tomarlos como socios políticos….es decir, la patética vara de medir las cosas según me convenga a mí o no, en definitiva, una indecencia política inaceptable.

            Pues bien, en medio de esta patética polémica (orquestada tras el condenable exabrupto de Abascal) sobre las maldades de Vox y del PP por pactar entre ambos, el Congreso, obviando los patéticos pactos de Sánchez y Yolanda Díaz con el secesionismo totalitario de izquierdas y de derechas a la vez, avala la tramitación de la Ley de Amnistía por la irracional mayoría de 178 votos a favor frente a 172 en contra, en un asunto de Estado que, al menos, debiera concitar el acuerdo amplio de una mayoría cualificada. En efecto, el Congreso en un debate de alta tensión con los escaños del Gobierno casi vacíos, incluido el del  propio Sánchez, avala la amnistía, mientras el PSOE y sus variopintos aliados (algunos de derechas) piden a la derecha que...... (sigue leyendo en Blog Mi punto de vista, http://jorgecremades.blogspot.com.es/).

  

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