HARTAZGO CIUDADANO

                     Una multitud (31.000 personas, según la Delegación del Gobierno, o 500.000, según los convocantes) se manifiesta contra el Gobierno de Sánchez en Madrid y protagoniza una protesta, secundada por más de un centenar de asociaciones y colectivos civiles, a la que asisten dirigentes de la oposición (PP, Vox y Ciudadanos), para quejarse de las políticas del Gobierno de coalición de Sánchez al sentir que ya “hemos llegado al  límite”. En definitiva, un gran clamor en el centro de Madrid para reivindicar la Constitución y pedir al Presidente que se vaya; una marcha multitudinaria que señala al Gobierno de España por “desarmar al Estado, erosionar la democracia y deteriorar las instituciones”, que critica la reforma del Código Penal para satisfacer a los secesionistas y que apuesta por una “España unida”, convencidos de que para gobernar “no todo vale” y menos aun cuando se gobierna imponiendo las políticas minoritarias de socios chantajistas que la inmensa mayoría de los españoles rechazan. Sin ir más lejos, el día anterior Macron y Sánchez firmaban un tratado de amistad muy positivo en un momento crítico de la UE que, lamentablemente, el secesionismo, aliado de Sánchez, empañaba como en otras ocasiones mientras nuestro presidente, comulgando una vez más con ruedas de molino, intentaba justificar lo injustificable. En efecto, Sánchez no lograba presentar ante el francés, en la cumbre hispano-francesa de Barcelona, la Cataluña normalizada que intenta vender para justificar sus indecentes cesiones al secesionismo, pues ERC, su socio preferente, que gobierna la Comunidad Catalana, le daba un plantón en toda regla ya que Aragonés, el President de Catalunya, que, como es su obligación, se dignó a recibir a Macron y Sánchez, abandonaba ostensiblemente la cumbre justo cuando iban a sonar los himnos de Francia y España, ninguneando con semejante proceder inamistoso los símbolos de sendos países, mientras Sánchez, cínicamente, le agradecía su “presencia institucional” aunque no respetara el protocolo y, nada más marcharse del acto, recordara que “el procés independentista no ha acabado”, mientras su Jefe, Junqueras, indultado por Sánchez, asistía a una protesta secesionista contra la cumbre hispano-francesa que, por cierto, tuvo que abandonar entre abucheos y gritos de “traidor” por parte de un secesionismo fracturado que juega a ver qué facción es más cerril pero que ninguna de ellas renuncia a imponer, sea como sea, la independencia de Cataluña de forma ilegal, pues todas ellas consideran que, al margen de la Constitución, la secesión es un asunto sólo de los catalanes y no de los españoles en su conjunto que son los depositarios de la soberanía nacional. Estos son, entre otros, los insaciables socios de Sánchez, mientras Moncloa y ERC calientan motores contra el Supremo, temiendo que..... (sigue leyendo en  Blog Mi punto de vista, http://jorgecremades.blogspot.com.es/)