jueves, 2 de diciembre de 2021

LA TOZUDA REALIDAD

                     Por más que un gobierno quiera vender su gestión con altas dosis de optimismo y demagogia, al final la tozuda realidad se impone, es inevitable, sobre todo cuando una crisis global causada por la pandemia no deja apenas margen para un atisbo de esperanza, siendo un error por otra parte achacar a dicha pandemia toda la culpa con el objetivo de tapar la mala gestión gubernamental. En todo caso lo improcedente en situaciones de crisis, como es el caso, es generar falsas esperanzas con horizontes idílicos cuando lo que procede es apretarse el cinturón para hacer frente con éxito a las dificultades sobrevenidas. En efecto, la variante ómicron del coronavirus ya está entre nosotros y la OMS y el G-7 alertan del “alto riesgo” de la misma, cuando, al parecer, ya circulaba por Europa antes de la alerta dada por Sudáfrica, mientras ahora se extiende por toda la UE, lo que debiera enseñarnos que hacer un derroche de vacunas, incluso permitiendo su caducidad, en el mundo desarrollado no vale de nada si el mundo del subdesarrollo apenas se inmuniza. En España, que, gracias a la buena campaña de vacunación, está en buena posición de contagios, aunque se están disparando en estos días, mientras los expertos discuten sobre la eficacia del pasaporte covid y se dividen sobre la necesidad de vacunar a los menores de 5 a 11 años, el Gobierno descarta volver a restricciones, temiendo que los datos de la pandemia empeoren tras los viajes y las reuniones de este largo puente de diciembre, mientras Portugal, el país más vacunado de la UE, vuelve a dichas restricciones. Por otro lado el Gobierno de Sánchez carece de un “plan b” jurídico frente a la sexta ola de contagios, que ya está aquí, pues su estrategia se basa estrictamente en la vacunación sin tener que aplicar medidas que afecten a la economía, limitándose Sanidad a recomendar poner límites a los eventos navideños ante esta nueva variante ómicron, para que sean las CCAA las que, cada una por su cuenta, vayan adoptando las medidas que consideren oportuno en sus respectivos territorios. Y mientras Bruselas alienta el debate sobre la vacunación obligatoria (Von der Leyen secunda la idea de Scholz en Alemania, y Francia, Portugal e Irlanda prevén pedir PCR también a los viajeros vacunados) se impone cuarentena forzosa para los contactos de casos de ómicron, en tanto que la OCDE alerta de que la nueva variante pone en riesgo la recuperación. Es la tozuda realidad, que ni se puede eludir ni se debe ocultar, si queremos afrontar el futuro con esperanzas de éxito. No vale pues que el Ministerio de Sanidad, como ha hecho, omita, por ejemplo, en las “actas covid” las quejas clave de las CCAA, abandonadas a su libre albedrío, y retire de la transcripción de las reuniones del Consejo Interterritorial las protestas literales de los consejeros sobre la gestión de la pandemia hasta ahora, cuando el Ministerio las ha retenido y ocultado más de un año. Si un gobierno es incapaz de coger el toro por los cuernos para evitar el pertinente desgaste y no promueve una..... (sigue leyendo en Blog Mi punto de vista, http://jorgecremades.blogspot.com.es/). 

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