jueves, 24 de junio de 2021

EMPEZAR DE NUEVO

                     En su anuncio en Barcelona de los indultos Pedro Sánchez presentaba los perdones a los sediciosos con un mensaje de concordia al decir “mi propuesta es dar paso a un nuevo proyecto de país” ya que, según él, “podemos empezar de nuevo”, mientras Aragonés, el President de la Generalitat, que calificaba la medida de “gesto”, insistía en la ilegal amnistía y en el ilegal referéndum de autodeterminación, y Casado, el jefe de la oposición en el Congreso de los Diputados, denunciaba un “pacto trampa” del Gobierno con los secesionistas para “desarmar España” en tanto que las voces más críticas del PSOE bajaban el tono para facilitar este supuesto tránsito hacia la concordia. Sánchez, que ganó las elecciones con la promesa firme a los españoles, incluidos los catalanes, de que las sentencias habrían de cumplirse en su totalidad y de que no concedería los indultos, claudicaba ahora, rectificando una vez más, y, culpando de la situación a constitucionalistas y separatistas por igual, aprobaba los indultos convencido de estar liderando la segunda transición en España con ese “nuevo proyecto de país” con los secesionistas, desvelando en el Liceu de Barcelona que los indultos, que aprobaría al día siguiente, son “el primer paso” del proceso de reformas y haciéndolo ante un auditorio de políticos, empresarios y periodistas afines, mientras ignoraba a la oposición constitucionalista, imprescindible en todo caso para lograr cualquier modificación constitucional en el Congreso si realmente pretende esa “profunda renovación” de España. Con tales propósitos, Sánchez proclama unilateralmente una etapa de diálogo tras los indultos parciales aprobados en el Consejo de Ministros, que, tras el informe contrario del Supremo, no afectan a la inhabilitación y sí a la pena de prisión y a la malversación (el Tribunal de Cuentas aún reclama diez millones) y quedan condicionados a que los indultados no delincan en seis años. Indultos que, nada más ser concedidos, envalentonan al secesionismo radical en su desafío separatista y que Aragonés como President de la Generalitat desprecia desde las instituciones y sigue exigiendo cínicamente el “fin de la represión” en Cataluña y el manido derecho de autodeterminación que, como la inmensa mayoría de regiones europeas, Cataluña no tiene ya que, entre otras cosas, no está contemplado en nuestra Constitución, aprobada por el soberano pueblo español con la aportación sustancial de los españoles-catalanes que, curiosamente, la refrendaron en su día con más apoyos incluso que en el resto de España cuando la democracia y la autonomía estaban en juego. Hoy ni la democracia ni la autonomía son valores a seguir defendiendo para los secesionistas catalanes, que exigen “referéndum ya” con Aragonés asegurando que los reclusos salen a la calle “con la voluntad reforzada de construir la república catalana”, que no supone delito alguno ya que..... (sigue leyendo en Blog Mi punto de vista, http://jorgecremades.blogspot.com.es/). 

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