Cuando un Estado
democrático se muestra pusilánime ante los desafíos totalitarios la estrategia
de confrontación por parte de los golpistas funciona a las mil maravillas,
pues, lamentablemente, si el Estado en cuestión es incapaz de defender las
libertades y derechos de sus ciudadanos, que así lo han establecido en su marco
legal, se convierte en un enfermo crónico susceptible de ser sometido
impunemente a los caprichos e intereses de unos pocos en perjuicio de los
intereses generales del pueblo que lo conforma. Es lo que inexplicablemente
viene sucediendo en España desde hace demasiados años; y es lo que tiene bien
claro el secesionismo unilateral catalán, pretendiendo, con Torra al frente
(por delegación de Puigdemont), mantener “la provocación” a la democracia con
el nombramiento de un Govern con dos consejeros presos y otros dos huidos de la
Justicia, lo que repugna no ya a las mínimas reglas básicas de la decencia
política y del pensamiento democrático, sino incluso al sentido común y a la
propia viabilidad de la gobernabilidad por parte del mismo. De entrada, ni los
presos Rull y Turull ni los fugados Puig y Comín, podrían tomar posesión de sus
cargos por razones obvias; pero es que, aunque pudieran hacerlo, les sería imposible
luego ejercer sus competencias gubernamentales, salvo que sus respectivos
despachos institucionales (consellería, direcciones generales, secretarías….)
se instalaran en la prisión y en el país receptor de los prófugos
respectivamente, dándose la paradoja de que los primeros carecerían de libertad
de movimientos por tener restringidos sus derechos de libertad y los segundos
ni siquiera podrían visitar el país que gobiernan ya que inmediatamente
pasarían a la situación de los primeros para afrontar como ellos los graves
presuntos delitos que se les imputa. Ya ven, un despropósito, se mire como se
mire. Obviamente, ante tal “provocación”, coherente con la “estrategia de
confrontación” que los golpistas practican, el Gobierno español, con el
respaldo de los partidos constitucionalistas (PP, PSOE y Ciudadanos) veta a
este Govern inviable y mantiene la vigencia del artículo 155 de la Constitución
(mecanismo de defensa de la democracia), planteándose incluso, si fuera
necesario, el endurecimiento y ampliación del mismo a ámbitos ahora no
contemplados. Por tanto..... (sigue leyendo en Blog Mi punto de vista, http://jorgecremades.blogspot.com.es/)
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