No cabe duda, cuando,
tras la aprobación de los Presupuestos para 2018, todo apuntaba a un final de
Legislatura medianamente tranquilo en España la incertidumbre e
ingobernabilidad vuelven a las andadas, como si no hubiéramos tenido bastante
al iniciarse la misma y como si ya hubiéramos olvidado el nefasto periodo en el
que apenas conseguíamos financiarnos, con primas de riesgo desorbitadas y con
una alarmante caída del empleo insoportable. La moción de censura presentada
por Sánchez, como la anterior y la de Iglesias, trastoca de momento cualquier
esperanza de estabilidad gubernamental, dado que, en caso de fracasar el
enrarecimiento del ambiente político se agravaría y, en caso de prosperar,
hasta sería peor el remedio que la enfermedad con un gobierno surgido del
antinatural concurso de fuerzas radicales populistas, nacionalistas y
secesionistas, sin programa ni proyecto alguno, a las que sólo une el objetivo
de desalojar a Rajoy del Gobierno… ¿y luego, qué?. Luego, el caos. De un lado,
Albert Rivera sostiene que “mejor elecciones a que decidan Iglesias, Rufián y
Puigdemont”, añadiendo que “la legislatura está liquidada por la condena por
corrupción” y que “la única opción sensata es que los españoles decidan el
futuro de nuestra nación” y “garantizada la estabilidad, debe ser Rajoy quien
convoque elecciones…primero hay que pactar la extensión del 155 y asegurar
Presupuestos” y, en caso contrario, pide que sea otro candidato distinto a
Sánchez y una fecha concreta de elecciones. De otro lado Sánchez, que anda loco
por ser Presidente del Gobierno aunque sea por un solo día, mientras su partido
con él al frente es incapaz de remontar las expectativas de voto, reúne a un
Comité sin líneas rojas al que le dice que su prioridad es desplazar a Rajoy,
no hace referencia a unas futuras elecciones ni al voto independentista,
mientras sus barones le recuerdan que no se puede “depender” de los
secesionistas, con lo que el líder socialista inicia contactos “de cortesía”
sin revelar detalle alguno. Y entretanto Rajoy quiere que la moción se debata
pronto, con un PP que apuesta por un final rápido de la crisis para seguir con
su Gobierno, siendo el Presidente el único que cree que la moción de censura
“puede salir”, mientras el partido tranquiliza a sus barones con el argumento
de que “la moción es muy improbable”. Por tanto, de los partidos y líderes no
nacionalistas, sólo Podemos e Iglesias se decantan abiertamente por apoyar la
moción de Sánchez, aunque Pablo le recuerda incluso que..... (sigue leyendo en Blog Mi punto de vista, http://jorgecremades.blogspot.com.es/
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