jueves, 20 de julio de 2023

LA TRACA FINAL

                         A sólo tres días de comparecer los españoles ante las urnas en pleno tórrido verano y en plenas vacaciones, porque así lo ha querido Sánchez al adelantar los comicios aunque había reiterado que agotaría la Legislatura, especialmente porque en el semestre correspondía a España la Presidencia rotatoria de la UE, los diversos partidos políticos activan la traca final de esta especie de fuegos artificiales en que se ha convertido la campaña electoral. Una traca final no exenta de incoherencias, reproches, mentiras y medias verdades, cuando todo apunta a que, al final, se trata de dirimir quien será el vencedor en este nuevo bipartidismo (bloque de derechas-bloque de izquierdas) a cuatro (PP-Vox y PSOE-Sumar), sustituto, para empeorarlo todo, del tradicional bipartidismo PSOE-PP que ha liderado la gobernanza de España en el actual sistema democrático establecido en 1978, pero con el ingrediente añadido de los partidos territoriales nacional-secesionistas (hoy más secesionistas y anti-constitucionalistas que nunca), tanto de izquierdas como de derechas y todos ellos más o menos radicales, que pretenden conseguir como sea la independencia de sus respectivos territorios y entienden que para ello, tras la experiencia vivida con su apoyo interesado al Gobierno de coalición PSOE-UPodemos (de cara al futuro PSOE-Sumar, por razones estratégicas), les conviene inclinarse a la reedición de otro “gobierno Frankenstein” en vez de apoyar, aunque ganara las elecciones, un gobierno de derechas PP-Vox, salvo que éste obtuviera mayoría absoluta y no hubiera ya nada que hacer, por lo que de lo que se trata es precisamente de frustrar semejante objetivo en las urnas el próximo 23-J. Al efecto, la traca final consiste en hacer ver a la ciudadanía la perversidad, real o inventada, que supone el radicalismo de Vox en un hipotético Gobierno de coalición con el PP, y, a la vez, la bonanza de un progresista Ejecutivo de coalición PSOE-Sumar, apoyado en el secesionismo y el radicalismo, tanto de izquierdas como de derechas, que, vista su actual experiencia, se disponen a llevar al extremo sus reivindicaciones independentistas, pues, tanto ERC como Bildu (sus principales protagonistas, aunque también hay otros) anuncian públicamente que “subirán el precio” a Sánchez si vuelve a gobernar y necesita su apoyo, por lo que, como si ya no hubieran cobrado lo suficiente en esta legislatura, Otegi, Junqueras y Rufián refuerzan su alianza en un gran acto en Barcelona para mantener atado al PSOE de Sánchez, mientras el PSE y el PSC (brazos territoriales del PSOE con ramalazos nacionalistas) pactan con ellos en Euskadi y Cataluña, pero, como hace el PSOE de Sánchez, demonizan los acuerdos del PP de Feijóo con Vox en las CCAA en que han acordado gobernar en coalición. La traca consiste pues en una verdadera incoherencia estratégica que supone en la práctica impedir que se pueda producir la alternancia política, imprescindible en democracia, ya que, si, de un lado, es loable que el PSOE de Sánchez pacte con quien considere oportuno, por radical o antidemocrático que éste sea, y, de otro lado, es detestable que el PP pacte con Vox, única opción que le queda al haber desaparecido una oferta centrista y constitucionalista entre socialistas y populares, la alternancia política es obviamente casi imposible, salvo que el mayor partido de la derecha obtenga por sí sólo mayoría absoluta, y por esta regla de tres siempre gobernaría el PSOE, pierda o gane las elecciones, lo que, desde el punto de vista democrático es totalmente intolerable. Así las cosas, Feijóo aparca las siglas del partido para disparar el voto útil con la esperanza de una mayoría absoluta o bien cercana a ella, que, al menos sea mayor que la suma de PSOE, Sumar, ERC y Bildu juntos para ponerle difícil a Vox un bloqueo, como ha sucedido en Murcia en que los de Abascal ni siquiera están dispuestos a abstenerse cuando al PP le falta la abstención sólo de dos diputados para materializar la gobernabilidad que mayoritariamente han decidido los murcianos de forma clara y contundente, aunque no sea absoluta matemáticamente. Y así las cosas Sánchez, por su parte, reivindica una coalición “de perdedores” con Yolanda Díaz con la intención de pactar con ERC y Bildu, mientras acusa a los medios de comunicación de desmovilizar al electorado con las encuestas, mientras Díaz, en total sintonía con él se lanza contra la pinza ERC-Bildu, que alienta Iglesias, y busca un Sumar fuerte para reeditar la alianza con los secesionistas.

            En este contexto se produce un curioso debate a tres entre Sánchez, Abascal y Díaz ya que Feijóo desiste de asistir al no aceptar que en el mismo también esté el resto de líderes que, aliados con Sánchez, han sostenido a éste en el poder. Un debate “entre perdedores”, según algunos, en que Sánchez y Díaz exhiben unidad casi absoluta ante Abascal y el ausente Feijóo, a quien, estando ausente, mencionaban con frecuencia y para alinearle con Abascal como extrema derecha, aunque, seguramente por fallo del subconsciente, Sánchez cayera en la contradicción diciendo que...... (sigue leyendo en Blog Mi punto de vista, http://jorgecremades.blogspot.com.es/). 

  

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