lunes, 10 de abril de 2023

LO QUE NO PUEDE SER, NO ES

                         Es obvio que lo que no puede ser, no es, y además es imposible; imposible por ser irrealizable o imposible porque si se realiza nos lleva directamente al caos; en definitiva, imposible e indeseable. Es lo que, en no pocos asuntos, viene sucediendo en España y, ahora, de cara a los próximos comicios, se incrementará sin duda, aunque, por otro lado, también se visualizarán las contradicciones acumuladas de un gobierno desnortado, ya dividido en tres sectores, cada uno a lo suyo, mientras los ciudadanos constatamos perplejos situaciones insostenibles que ni entendemos ni podemos entender y que, en el mejor de los casos, son pan para hoy y hambre para mañana. Situaciones insostenibles como que el 60% de los asalariados en España cobre menos que los recién jubilados ya que las pensiones (y soy un pensionista más) crecen a un ritmo tres veces mayor que las nóminas tras la subida del 8´5% aplicada por Escrivá, lo que, siendo loable la decisión del ministro de que los pensionados (cada vez más numerosos) no perdamos poder adquisitivo ante el desbocado incremento de la inflación, nos conduce inevitablemente, si no se hace lo propio con los sectores productivos, a que quienes han de pagar nuestras pensiones y las futuras sean cada vez más pobres ya que no se les garantiza el mantenimiento de su poder adquisitivo, lo que antes o después, salvo que se cambie el sistema, es, por mero sentido común, simplemente inviable. Situaciones insostenibles como que topar los alquileres como panacea para solucionar el grave problema de la vivienda, lo que provoca en una sociedad de libre mercado es que la oferta de alquileres se hunda por las incertidumbres que genera en los propietarios de viviendas que prefieren venderlas o alquilarlas ante la inseguridad jurídica frente a destrozos, impagos, okupaciones o escasez de incentivos fiscales, provocando que se reduzca la oferta de viviendas en alquiler y, por tanto, que aumente la demanda y el pertinente aumento de los precios, justo lo contrario de lo que pretenden las medidas adoptadas, cuando la solución estaría en el incremento sustancial en la promoción pública de viviendas sociales. Situaciones insostenibles como que, mientras la Junta Electoral activa el reloj para cesar a la condenada Laura Borrás, el PSC quiera reformar el Reglamento del Parlament cuando PP, Vox y Ciudadanos (como debiera hacer el gobernante PSOE, si  no estuviera secuestrado por los secesionismos intolerables) envían un escrito para que le retiren el acta, lo que debiera ser unánime por parte de todos en beneficio de la salud democrática en nuestro país. Situaciones insostenibles como que sea el Estado el que crea ya el 55% de los empleos en España (obviamente empleos improductivos), pues desde el covid se han creado casi medio millón de puestos de trabajo gracias al tirón del Gobierno, de las CCAA y de los ayuntamientos, con lo que el sector público da trabajo a 3´5 millones de personas (272.900 más que en 2019) cuando el sector privado, productivo e imprescindible, emplea a 17 millones que son los que han de sostener el gasto de las clases pasivas, de la Administración y los Servicios, de las Infraestructuras, etc etc de nada menos que de los más de 47 millones de habitantes que poblamos este país….. En fin, son simplemente varios ejemplos de situaciones insostenibles que, entre otras muchas, podríamos citar como paradigma de asuntos que el Gobierno de turno debiera corregir lo antes posible ya que conducen directamente a situaciones inviables y caóticas de cara a un futuro cada vez más cercano, por más que, muchas de ellas, se vendan o pretendan vender a los ciudadanos como logros positivos que, en el mejor de los casos, sólo lo serían a corto plazo.

            Ni es positivo ni viable que se garantice el mantenimiento del poder adquisitivo sólo a las clases pasivas sin que también se les garantice a las clases productivas (es decir los trabajadores) que son las que tienen que producir la riqueza necesaria para costearlo y obviamente no se las puede empobrecer; ni es positivo ni razonable que el grave problema de la vivienda, asunto que debiera resolver el Gobierno, se cargue a las espaldas de los ciudadanos que legalmente han decidido invertir sus ahorros y sus esfuerzos en adquirirlas para ahora sufrir perplejos la okupación de las mismas y, muchas veces, su destrozo sin que nadie haga nada para desokuparlas inmediatamente mientras incluso se les obliga a seguir pagando los impuestos y el mantenimiento de los servicios básicos de dichas viviendas okupadas; ni es positivo ni tolerable que..... (sigue leyendo en Blog Mi punto de vista, http://jorgecremades.blogspot.com.es/)

 

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