BRUJOS FRACASADOS

                         El Presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, tras claudicar a una rebaja fiscal, que le pedía el PP y las CCAA gobernadas por los populares, a la que se han sumado también algunas de las gobernadas por los socialistas como la Comunidad Valenciana, descalifica este recorte fiscal del PP y tilda a sus líderes de “brujos fracasados”, criticando a aquellos que creen que “el dinero está mejor en el bolsillo de los ciudadanos”, frente a quienes consideran que el dinero está mejor en manos del Gobierno como defiende especialmente Podemos, para hacer lo que le venga en gana con él. En definitiva, dos modelos económicos antagónicos que, llevados al límite, abocarían respectivamente a un régimen ultraliberal decimonónico, despiadado con los más débiles, o a un caduco régimen comunista del siglo XX, despiadado con las libertades ciudadanas y el libre mercado; por tanto, para evitar semejantes extremismos radicales habría que decir que ni tanto ni tan calvo, que la disyuntiva no es si el dinero está mejor en los bolsillos de los ciudadanos, para que cada uno haga lo que quiera, o en manos del Gobierno, para que éste lo utilice como mejor le venga en gana a sus propios intereses….los brujos fracasados pues son los líderes de sendos modelos radicales, pues es evidente que una parte del dinero ha de estar en los bolsillos de quienes generan o han generado la riqueza (trabajadores, empresarios y clases pasivas) y otra parte del mismo ha de estar en manos del Ejecutivo para que pueda garantizar los servicios e infraestructuras que las sociedades complejas requieren, incluido el propio mantenimiento de las diversas instituciones del Estado. La cuestión no es impuestos sí o no, sino el límite que se ha de poner a su recaudación para que sea lo más progresiva y justa posible, así como el uso correcto que las instituciones hagan de lo recaudado, teniendo en cuenta que no es su dinero sino el dinero de todos los ciudadanos. Por tanto, la percepción que tenga la ciudadanía sobre estas cuestiones es la clave para saber si el Gobierno está en el acierto o el error en su política fiscal, al margen de las demagogias que gobernantes y opositores hagan al efecto como estrategias para vender a la ciudadanía sus respectivas propuestas. Así las cosas, tras la claudicación de Sánchez de la propuesta inspirada por Podemos de no rebajar impuestos y el mantra ideológico de subirlos a los más ricos, Feijóo hace de la política fiscal el eje de su oposición a Sánchez y centra su estrategia en denunciar el “abandono” de las clases medias trabajadoras (las que soportan el mayor peso recaudatorio) por parte del Gobierno de coalición dado que su decisión ha sido, por un lado, crear un impuesto temporal para las grandes fortunas, y, por otro, aliviar fiscalmente sólo a las rentas más bajas, limitando la rebaja del IRPF sólo a quienes ganan hasta 21.000 euros, cuando ya una gran parte de estos están excluidos de tributar por dicho impuesto, mientras el propio socialista Ximo Puig pedía rebajárselo a las rentas inferiores a 60.000 euros y el popular Moreno Bonilla a las inferiores a 35.200 euros. El Gobierno por tanto excluye a la clase media de su rebaja fiscal ignorando así a la mitad de los contribuyentes y boicotea la supresión del impuesto de Patrimonio, con esta improvisación de la ministra Montero en 72 horas, hecha para contraprogramar a Feijóo, que considera insuficientes y escasas las medidas, cuando ella pretende diluir la política fiscal del PP con un tributo temporal a 23.000 ricos. Al final, tras la revuelta fiscal, Hacienda, con estas medidas pretende recaudar 3.100 millones de euros más en dos años, mientras nueve de cada diez pensionistas y cuatro de cada cinco trabajadores quedan excluidos de la rebaja fiscal de Montero, pues sólo los que ingresen entre 1.000 y 1.500 euros al mes se beneficiarán de la reducción del IRPF, ya que quienes ganen menos de esas cantidades...... (sigue leyendo en Blog Mi punto de vista, http://jorgecremades.blogspot.com.es/)