lunes, 16 de agosto de 2021

CONSENSO, COMENZARLO EN EL GOBIERNO

                     Dice Sara Aagesen, la Secretaria de Estado de Energía, que “necesitamos consenso político para acelerar la bajada de la luz”….. y lo dice con toda la razón del mundo, pues el consenso político en democracia es básico para sacar adelante con solvencia los asuntos más complejos que afectan a casi la totalidad de la ciudadanía y para dar estabilidad a los mismos y que no queden expuestos a los vaivenes coyunturales de la alternancia política. Pero Aagesen olvida que dicho consenso político, para tener sentido, debe comenzar en el propio seno del Gobierno, pues es difícilmente comprensible que se pretenda (y mucho menos que se consiga) un consenso político con la oposición cuando el disenso es el alma mater de la forma de proceder del Ejecutivo, como sucede en este Gobierno de coalición social-comunista, incapaz de consensuar casi nada entre el sector socialista y el comunista que lo forman. En efecto, para afrontar los problemas energéticos que tiene España, cuando los españoles venimos pagando veinte años de errores políticos en el desorbitado recibo de la luz, que es un 212% más caro que hace un año, se requiere para empezar un consenso político dentro del propio Ejecutivo para poder ofertarlo después a la oposición, pues si el Gobierno es incapaz de consensuar una propuesta, con todas las consecuencias, difícilmente podrá ser creíble ante el resto de fuerzas políticas que conforman la oposición. Pero este débil Gobierno de Sánchez, minoritario y mal avenido, cuya planificación económica se ve desbordada por la subida de precios y, especialmente, del desorbitado crecimiento del precio de la luz, es impotente para hilvanar una propuesta conjunta, salvo el planteamiento de la ministra Teresa Ribera de nacionalizar la hidroeléctrica al estilo Podemos (el PSOE, desbordado por la situación, asume el ideario de su socio comunista y amenaza con “disponer de esa energía a través de una empresa pública”) a quien, por cierto, acusa de hacer “demagogia barata” en plena ola de indignación política, social y empresarial, cuando el IPC escala al 2´9%, impulsado por el turismo y los alimentos, y acelerado por el precio de la energía, forzando inevitablemente la revisión de pensiones, el SMI y los sueldos públicos. Un alza incontrolada del precio de la luz que diluye casi todo el ahorro de la rebaja del IVA a la que el Gobierno se vio obligado para intentar aliviar en parte la carga de los usuarios, mientras la escalada del precio de la energía agita el debate sobre la reforma profunda del sistema que, obviamente, tendría cierta solidez si ésta, como tantas otras pendientes (en Educación, Sanidad, Justicia, Política migratoria, Política Territorial……), se afrontara desde un sólido consenso político en el Congreso de los Diputados. Pero este gobierno minoritario es incapaz de....... (sigue leyendo en Blog Mi punto de vista, http://jorgecremades.blogspot.com.es/). 

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