jueves, 29 de junio de 2023

FELICIDAD Y AMOR

                         Hay afirmaciones incuestionables e irrebatibles ya que, aunque estén vacías de contenidos concretos, nadie, absolutamente nadie, salvo los malvados, puede oponerse a ellas. El último de los ejemplos es el protagonizado por la Ministra Portavoz del Gobierno, Isabel Rodríguez, al decir que desde el Gobierno van a combatir “con toda la fuerza del Estado” los “retrocesos” de los pactos PP y Vox, que apenas se están consolidando ahora en las distintas CCAA, pero, que ya ven, según ella, ya están causando estragos antes de ponerse en marcha, y, por tanto, el Gobierno al que ella pertenece “va a seguir trabajando por la felicidad y el amor de todas las personas”, a lo que, obviamente, si se trata de conseguir semejante objetivo, nada que objetar, pues sólo cabría apostar en las urnas masivamente por dicho gobierno ya que, por contraposición, el resto de fuerzas políticas que se presentan lo que buscarían sería la infelicidad y el desamor u odio de todos o de la mayoría de las personas, lo que, en democracia, sería un contrasentido superlativo ya que es difícil entender que en las urnas esa mayoría apueste por quienes proponen semejantes maldades colectivas para ellos. Es evidente pues que se trata de un sofisma populista de primera magnitud con el fin de confundir al electorado como si fuera imbécil. Por su parte Batet, la Presidenta del Congreso de los Diputados y cabeza de lista socialista por Barcelona para el 23-J, argumenta que “la mayoría de la población no tiene problemas para continuar pagando el alquiler” para defender con tan cínico argumento la decisión del Gobierno de finiquitar la prórroga del decreto anticrisis, provocando el rechazo, no ya de todos los que tienen graves problemas para llegar a final de mes, que no son pocos, sino además de los propios socios y apoyadores de la investidura de Sánchez como Gabriel Rufián que se pregunta “si no puedes pagar el alquiler y votas lo mismo que Batet, ¿quién se equivoca, ella o tú? Piénsalo”, como el portavoz de la campaña de Sumar y eurodiputado de los comunes, Ernest Urtasun denunciando que la subida de alquileres “es un problema social de enorme magnitud”, como incluso Margarita Robles desde las propias filas socialistas diciendo que “hay que ver la realidad” y ésta muestra que “hay personas que no llegan a fin de mes”, o como el portavoz adjunto de EHBildu en el Congreso, Oscar Matute, reprochando a Batet que quienes no tienen dificultades para pagar el alquiler será “la mayor parte de la población que ella conoce” y no el resto….. Batet ante semejante ola de críticas ha pedido disculpas y ha matizado su desafortunada declaración que, en todo caso, refleja la indeseable instalación del Gobierno y del PSOE sanchista en el irrealismo, en la demagogia y en el populismo más cutre. Y todo ello en medio de una campaña de Sánchez sin coordinación alguna entre Moncloa y PSOE (por ejemplo, se acaba de producir un vacío a la orden de tener reuniones con pensionistas para movilizarlos), ya que el partido, tras el descalabro del 28-M, está más pendiente de los movimientos internos, si cae el “sanchismo” el 23-J, que de intentar evitar lo inevitable, como es que se olvide el pintoresco historial del Gobierno Frankenstein pactando y cediendo con todo tipo de radicalismos indeseables para mantenerlo a flote como sea hasta el final, evidenciando que eso de la “felicidad y amor”, que dice su portavoz, es un mero camelo electoralista. Y, así las cosas, al PSOE sólo le queda confiar su suerte a una sobreexplotación de Sánchez para dar la cara (cinismo y cara no le faltan al Presidente) en los medios con más platós de televisión y entrevistas que mítines directos en la calle, mientras los populares ven “desesperación” del Presidente en esta estrategia y Feijóo dice en El Hormiguero a los ciudadanos que “si quieren seguir con independentistas, voten a Sánchez, y si quieren un cambio voten al PP” y carga contra el sanchismo al que califica de “maldad, mentira y manipulación”, mientras el PSOE obvia el plan para lavar la imagen de Sánchez (ya le dijo Susana Díaz en su día que el problema era él) entendiendo que “no se puede borrar a Bildu ni la ley del sólo sí es sí con cuatro gracias en varias televisiones”.

            No obstante, como parte de esta estrategia electoral y en competencia con sus socios (a ver quién da más), Sánchez agita el Orgullo para intentar frenar al PP en la calle y llama a movilizarse contra “Feijóo y Abascal”, los malos de la película, en la manifestación del sábado y manda a cinco ministros del PSOE a la misma, mientras los populares remarcan su “compromiso con el colectivo LGTBI”, siendo lamentable que, como sucede con el feminismo radical, se utilicen estas...... (sigue leyendo en Blog Mi punto de vista, http://jorgecremades.blogspot.com.es/). 

  

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