jueves, 31 de marzo de 2022

UN GOBIERNO A LA DERIVA

                     El patetismo político que estamos viviendo en España es difícil de asumir al margen de la ideología que cada uno de los españoles tengamos, ya sea de izquierda radical, de izquierda progresista, de centro, de derecha o de extrema derecha. Ante la que nos está cayendo con la mayor crisis social, política y económica desde casi la época de la Transición, soportamos un variopinto gobierno minoritario, el peor de todos los gobiernos democráticos que hemos tenido, que, incapaz de coger el timón para llevar a nuestro país a buen puerto, anda a la deriva en medio del temporal mientras el barco, nuestro país, se hunde inevitablemente en una agónica travesía que no puede controlar, lo que supone que, salvo que Sánchez entienda que vamos de derrota en derrota hasta la victoria final, nos conduce inevitablemente a la ruina más absoluta y al caos. Ruina que ya estamos viviendo los españoles con una inflación que roza el 10% (el IPC en marzo se ha disparado al 9´8%), la tasa más elevada desde 1985, y que Economía calcula frívolamente que tres cuartos del alza se debe al impacto de la guerra, sin tener en cuenta, que, mucho antes de que comenzara la invasión de Ucrania por parte de Rusia, la subida de precios ya estaba desbocada y superaba ampliamente cualquier incremento de los salarios y las pensiones. ¡Ahora ya, ni te digo!. No vale pues escudarse en la guerra de Ucrania, aunque tenga su incidencia como en el resto de países, para maquillar la evidente incompetencia de este Gobierno minoritario a la hora de afrontar los retos que se le presentan, optando siempre por parchearlos coyunturalmente con medidas, siempre populistas y demagógicas, que sólo pretenden salir del trance con el único propósito de alargar lo que se pueda la patética gobernabilidad cada vez más difícil de sostener. Los expertos suspenden esta estrategia de parcheo de Sánchez para controlar la escalada de los precios y avisan de que, en el mejor de los casos, apenas logrará reducir un punto el IPC, cuando los precios ya suben cuatro veces más que los sueldos o las pensiones, llevando a España a la crisis de los 80 y, obviamente, a un preocupante empobrecimiento de las familias que cada vez tienen más difícil llegar a final de mes. Un gobierno a la deriva, patológicamente optimista y triunfalista, que se ve obligado a asumir (la realidad se impone a la demagogia) que la inflación récord desborda su plan en 24 horas, tirando por tierra todas sus previsiones: la promesa de Sánchez a los jubilados engorda 10.000 millones la factura de las pensiones, la pérdida de poder adquisitivo en las familias asciende ya a 16.700 millones, el alza de precios del gasóleo se come en una semana la mitad de la bonificación del Ejecutivo y el repunte del Euribor encarece ya..... (sigue leyendo en Blog Mi punto de vista, http://jorgecremades.blogspot.com.es/)

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