jueves, 7 de noviembre de 2024

EMERGENCIA NACIONAL

 

                        Tras la caótica gestión de la hecatombe provocada por la DANA en Valencia, pero también en Castilla La Mancha y Andalucía, aunque en menor medida, Feijóo pide a Moncloa que asuma el mando y, al efecto, apuesta por el Estado de Emergencia, lo que supondría dejar de dirigir la crisis al popular Mazón, a quien, por cierto, el General Jefe de la UME rectifica aclarando que no podía entrar en las áreas afectadas sin su permiso; y por otro lado se desata una cierta indignación con Robles en el Estado Mayor por apartar a su Jefe, el JEMAD suspende una reunión con diputados y su entorno califica de “inconcebible” que no esté al tanto del mayor despliegue militar en época de paz…. Sólo son dos ejemplos más, entre otros muchos, que denotan el cacao mental de nuestros gobernantes que, en plena confusión competencial, prefieren mantener reproches cruzados mientras en las zonas afectadas siguen intentando, como pueden, convertir el infierno sufrido al menos en purgatorio mínimamente habitable, con la esperanza de que un día se consiga la normalidad en medio de este caos de coordinación que hace más difícil la tarea de convertir de nuevo en habitable el lodazal dantesco en que se ha convertido lo que era su hábitat, mientras sigue la búsqueda de desaparecidos, el dolor por los fallecidos y la preocupación por los daños materiales que les abocan a la ruina y la desesperación. Sin embargo Sánchez se resiste a declarar el estado de emergencia u otro similar con la excusa de que asumir las competencias de la Generalitat Valenciana resta “eficacia” en la gestión en un  Estado descentralizado en que se debe trabajar “codo con codo”, lo que lamentablemente desmienten los hechos (a las pruebas me remito) ya que por muy descentralizado que sea un Estado, la legalidad permite la excepcionalidad temporal en situaciones y circunstancias de emergencia manifiesta, sobre todo si, como es el caso, no está claro el confuso entramado competencial que sirve y se utiliza para avivar reproches y culpabilizarse unos a otros con interpretaciones confusas para poner en primer plano los intereses partidarios electoralistas frente a la solución de los problemas urgentes de la ciudadanía; por eso en situaciones excepcionales, como es el caso, debe prevalecer el orden jerárquico institucional teniendo claro que la mayor responsabilidad siempre es la del Gobierno del Estado, que tiene en sus manos la posibilidad, si es preciso, de asumir el control y mando de la situación, y, muy especialmente, si se lo pide la oposición, como es lo que le solicita Feijóo a Sánchez al ver que la situación desborda la capacidad de la Generalitat Valenciana, gobernada por el PP, aunque por lo visto es más rentable sembrar la cizaña interna en el PP de que lo que busca Feijóo con semejante petición es desautorizar la gestión de Mazón apartándole del mando sobre la crisis, asunto que, como la gestión del Gobierno de Sánchez, habrá que aclarar en todo caso posteriormente para que cada quien apechugue con sus respectivas responsabilidades, pero nunca ahora cuando lo prioritario y casi exclusivo es atender la urgente necesidad que tienen las víctimas de que el Estado, descentralizado o no, se vuelque urgentemente, sin matices ni torticeras interpretaciones competenciales, en la resolución urgente del problema mayúsculo que están sufriendo….y ya habrá tiempo para lo demás. De momento, sin la declaración de la “emergencia nacional” la resolución de la crisis seguirá en manos de las CCAA afectadas y, en todo caso, de la “cogobernanza” que tantos quebraderos de cabeza provocó en la gestión de la crisis por el covid.

            Así las cosas, mientras Mazón reclama 31.000 millones para afrontar la crisis, el Gobierno de Sánchez aprueba por fin en Consejo de Ministros un plan de ayudas por 10.600 millones para los afectados, que no pocos consideran insuficiente, pues la DANA ha dejado, de momento y sin perjuicio de una posterior evaluación de daños, además de los fallecidos y desaparecidos, el trágico balance de daños materiales, entre otros, en 98.000 vehículos, en 4.500 comercios, en 70 hectáreas de regadío, en 90 colegios y en numerosas infraestructuras, con lo que hay que afrontar la mayor reconstrucción de su historia para recuperar Valencia, la zona de mayor devastación de la DANA. En fin, si esto no es una “emergencia nacional” que venga Dios y lo vea. Pero Sánchez y Feijóo no cruzan palabra y mantienen la artillería de unos contra otros, que, por lo visto, les es más rentable. Sánchez asegura que el Ejecutivo estuvo listo “desde el primer minuto” (¿verdad o bulo?), rehúye el choque con Mazón y apoya la gestión conjunta de la crisis, aunque usa la DANA para blindar su legislatura (su objetivo esencial por encima de cualquier cosa) recurriendo al decreto de ayudas para pedir a socios y oposición que, para hacerlo viable, le aprueben los Presupuestos y el PP le avisa de que no acepta chantajes y le adelanta que sí apoyará las ayudas que en concreto decida aprobar. Sánchez, en definitiva, compromete 10.600 millones, incluido el apoyo a Ayuntamientos, y se compromete a eliminar trabas (todavía quedan pendientes, entre otros, el cobro de ayudas por el volcán en Canarias o el terremoto de Lorca), pero reitera que “somos un Estado descentralizado”, cuando la ley es clara y en un caso así “es responsabilidad del Gobierno” mientras, según sondeos, el 83% de los ciudadanos afirma que debió declarar la “emergencia nacional” para centralizar la gestión y hacerla más eficiente. Sánchez, fiel a su astucia para sobrevivir contra viento y marea, condiciona ahora la inyección de más recursos para los afectados a que haya unos “nuevos presupuestos”, pero olvida, por ejemplo, que la alternativa podría ser los mismos créditos extraordinarios que cada martes aprueba el Gobierno para otras cosas. Y en esta estrategia, ahora sí, el PSOE valenciano (es decir el PSPV-PSOE) apoyará los Presupuestos de Mazón para responder a la emergencia, esperando que el PP apoye los de Sánchez (ya ven, favor por favor, como sucede con las negociaciones con los secesionistas a nivel nacional), mientras se sigue sin recurrir a la ayuda de la UE, que podría cubrir buena parte de los gastos, aunque el PP pone el foco en Bruselas y propone medidas para, por ejemplo, reactivar las infraestructuras en sectores clave, lo que desmontaría el chantaje por los Presupuesto Generales del Estado; en todo caso España habrá de reformar los fondos europeos para la reconstrucción de Valencia.

            Entretanto, a través de los medios, vamos conociendo pormenores sobre la catástrofe como que la Confederación del Jucar comunicó con un mail a las 15´50  que el caudal de la Rambla del Poyo era bajo y no actualizó el dato por esta vía hasta que la situación era crítica, pues un correo electrónico dio la alarma a las 18´43 de que “la crecida está siendo muy rápida”, pues la crecida del Magro concentró más alertas que la riada del Poyo hasta que a esa hora se alertó de que por éste bajaba cinco veces el agua del Ebro y la Generalitat lanzó su alarma hora y media después; que Seguridad Nacional advirtió a La Moncloa de la DANA doce horas antes, pues a las ocho de la mañana la oficina dependiente del Gabinete de la Presidencia informó de “tormentas y rachas de viento muy fuertes”; como que Montero presidió esa noche el gabinete de crisis con Bolaños, Marlaska, Robles y Ribera para “coordinar la respuesta”; o como que un Plan del Barranco del Poyo para mejorarlo ante las riadas lleva paralizado más de quince años, un plan que se proyectó ante el “riesgo de inundación” de los municipios pero que a día de hoy “ no hay ninguna obra hecha”, entre otras cosas porque la “ley de la huerta” de Puig lo hizo inviable.

            En fin, la DANA obligó a que durante todos los días que han pasado desde el día del caos en Valencia los medios de comunicación relegaran el resto de noticias a un plano bastante secundario como es lógico, por lo que atrás quedaron asuntos como, por ejemplo, que PNV y Junts tumbaran el impuesto energético pero salvaran el de la banca, con lo que el PSOE frustró sus expectativas sobre la banca por culpa de su socio Junts; que la fiscalidad del diésel se elevara para igualar el de la gasolina y las subidas de impuestos previstas prevean conseguir recaudar unos 4.500 millones; que la gran banca lograra aumentar su beneficio casi un 20% este año; que el Supremo ordenara el registro del despacho y los correos del Fiscal General del Estado buscando pruebas tras su imputación judicial; que el PSOE y sus socios pusieran en RTVE a jefes de prensa y activistas manteniendo el pleno a pesar del estallido de la tragedia de Valencia ya desatada; que quedara paralizado el convenio sanitario para 1´5 millones de funcionarios y el Gobierno, obligado a negociar con las aseguradoras, tenga que preparar una nueva licitación para salvar MUFACE y evitar un colapso sanitario tras el plante de Sanitas, Adeslas y DKV a la Mutualidad de funcionarios; o que la abstención de los socialistas portugueses salvaran los Presupuestos en Portugal….noticias que, siendo importantes, quedaron relegadas, como es lógico, ante los efectos catastróficos de la Dana que se estaba sufriendo.

Pero la vida sigue en Valencia, en España y en otros lugares del Mundo y, de nuevo, pasados estos días de mayor impacto del desastre total provocado por la DANA, otras noticias intentan compartir cierto protagonismo en los medios de comunicación con las de la devastación en Valencia que sigue siendo y debe seguir siendo de atención prioritaria. Entre estas noticias destacar que el gobierno tripartito alemán del socialdemócrata Scholz, en el que también participan los Verdes, se rompe con la expulsión de los liberales del mismo por diferencias sobre política económica, ruptura que aboca a nuevos comicios en marzo en Alemania y que pone de manifiesto que pretender mezclar churras con merinas no es lo más razonable para gobernar un país, de lo que, por cierto, debiera tomar buena nota Pedro Sánchez ya que en España su gobierno bipartito (socialistas con populistas-comunistas radicales) con el apoyo interesado de secesionistas, tanto de izquierdas como de derechas, hace aguas por todas partes y provoca un escenario de inestabilidad inaceptable. Y entre otras noticias destaca sobremanera el meridiano triunfo de Trump en los comicios de EEUU que dejan un país dividido, en que el condenado Trump por varios delitos (e investigado por otros tantos) se impone a Kamala Harris de forma clara y contundente contra lo que vaticinaban las encuestas, pues el republicano se impone en el voto popular, controlará el Senado y el Congreso así como el Tribunal Supremo, un poder casi absoluto ya que Kamala no logra convencer y movilizar a los socialdemócratas y pierde millones de votos respecto a su antecesor Biden en 2020, un fracaso rotundo del Partido Demócrata, que deberá hacer autocrítica sobre su pésima estrategia; y un triunfo sin paliativos de Trump que preocupa especialmente en la UE ya que su programa abre una nueva era global con su plan aislacionista, sus aranceles y la expulsión de 11´5 millones de inmigrantes de EEUU, llevando a su “América First” a la cúspide del poder cuatro años después de su polémica salida de la Casa Blanca en 2020 tras no reconocer la victoria de Biden en los comicios y poner en entredicho la solvencia de la democracia….de momento su inapelable victoria provoca una sacudida en los mercados (sube Wall Street y el bitcoin, y baja el euro) y Europa teme el impulso a esta ola ultra (que también se percibe ya en la UE) y a una escalada de aranceles, mientras Netanyahu celebra la victoria de Trump y Zelenski lo lamenta, consecuentes ambos con los presuntos giros que se pueden dar en los conflictos bélicos que sufren sus territorios.

Fdo. Jorge Cremades Sena

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