lunes, 23 de mayo de 2022

HEMORRAGIA DE DEMAGOGIA

                     Aprovechando que el Pisuerga pasa por Valladolid, la visita de Juan Carlos I a España ha desencadenado una hemorragia de demagogia en quienes pretenden que las inadecuadas conductas del Emérito trasciendan el ámbito personal y afecten a la Jefatura del Estado, cuyo titular es Felipe VI, con el evidente objetivo de derribar la Monarquía Constitucional para implantar una República, como si en las repúblicas no sucedieran estas conductas inadecuadas, cuando no delictivas (como en la Francia de Sarkozy, por ejemplo), por parte de sus titulares, pues es obvio que en todos los sitios cuecen habas. Lo demagógico es pretender que si se trata de una Monarquía la solución es derribarla, pero si es una República la solución es que el titular de turno pague sus inadecuadas conductas sin que ello comporte derribar el modelo de Jefatura de Estado, que es justo lo que pretenden los socios de gobierno de Sánchez con su ofensiva orquestada en plena visita de Juan Carlos, quien, como cualquier otro ciudadano libre, tiene o debiera tener todo el derecho a salir de España o entrar cuando considere oportuno, máxime si las causas judiciales en que está inmerso han sido archivadas con arreglo a la normativa legal y a los procedimientos judiciales establecidos, como es el caso, ya sea por haber prescrito, ya por su inviolabilidad, extremos que, en todo caso, debiera haber modificado el legislativo a lo largo de todos estos años de democracia y no lo ha hecho. Sin embargo el Emérito ni salió de España hace casi dos años por su propia voluntad para instalarse en Abu Dabi, ni regresa ahora como cualquier otro ciudadano sino aceptando las condiciones de Moncloa y Zarzuela, y lo hace como “visita privada”, al extremo de que en Vigo sólo es recibido por su hija, la Infanta Elena, y por su amigo Pedro Campos, en cuya casa de Sansenxo se alojará los pocos días en que estará en España, y en este contexto de “visita privada” se inscribe también el encuentro de hoy mismo con su hijo Felipe y otros miembros de la familia antes de partir de nuevo de España. Don Juan Carlos se ciñe pues al ámbito privado en Sanxenxo, donde es recibido con bastante entusiasmo, y se exhibe sin pedir disculpas ni perdón, como le exigen los socios de Sánchez o le piden incluso algunos ministros socialistas, mientras la Casa Real teme daños a su reputación por un Rey Emérito “fuera de control” y algunos monárquicos juancarlistas, como Luis María Anson, dicen que “se ha montado una campaña antimonárquica feroz y nadie ha pedido perdón”, mientras los socios de Sánchez, que para nada exigen a Pujol que pida perdón por sus conductas delictivas, aprovecharán la sesión de control parlamentario para seguir con los ataques a la Corona y elevan sus críticas a la Monarquía en plena visita de Juan Carlos…. Cuando estaba en España investigado, porque no..... (sigue leyendo en Blog Mi punto de vista, http://jorgecremades.blogspot.com.es/)

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